Si preguntáramos por el grupo
brasileño más famoso que ha dado el heavy metal en los últimos 15 años(sin
contar a Sepultura) seguramente muchos dirían el nombre de Angra, por discos
como “Angel´s cry” o “Holy Land” que son ya clásicos del género. Su cantante,
André Matos, conocido también por sus comienzos en Viper o su carrera en Shaman
(Shaaman posteriormente por asuntos legales), nos trae su primer disco en
solitario, con una banda llamada como él mismo (y que nadie le llame
egocéntrico).
Para esta nueva aventura en solitario
se ha rodeado de una serie de músicos heterogéneos en procedencias y orígenes
pero comunes en haber compartido alguna etapa en la ya extensa carrera de André
junto a él. Por un lado tenemos a los hermanos Mariutti, con quienes coincidió
en Shaman(y con Luis también en Angra). Andre Hernandes ex -Viper se suma a las
guitarras, y la sorpresa del disco, un jovencísimo batería brasileño de 16
años, Eloy Casagrande, que encandiló a Matos que sin dudarlo le ofreció un
puesto a las baquetas para su nueva andadura. Además, aparece Fabio Ribeiro con
el que compartió giras en los tiempos de Angra.
En la producción se juntan dos de los
productores más reconocidos del estilo, por un lado Sascha Paeth (Heavens Gate,
Rhapsody, Kamelot, Shaman y tantos otros) y por otro Roy Z, conocido por sus
trabajos con Judas Priest, Helloween o Bruce Dickinson. La portada, eso sí, es
bastante horrorosa, simulando un dibujo de André en un parque con bastante poca
gracia.
Empieza el disco con “Letting go” tras
una breve intro, un tema que nos sirve para recordar tiempos pasados pero a su
vez mostrándonos una cara más potente, más rabiosa, más heavy en definitiva.
Con diversos cambios de ritmo y varias partes distintas, resulta un tema
brillante, tanto vocalmente como en la parte instrumental. “Rio”, con un nombre
que no disimula sus orígenes, es un tema de heavy clásico que bien podría venir
firmado por los Helloween actuales (se nota la mano de Roy en este tipo de temas).
Guitarras muy duras, riffs machacones y un estribillo directo. La música
brasileña no podía faltar en este tema, y ello se demuestra con una parte
central a cargo de Fabio, previa al regreso del doble bombo y la rapidez
original.
“Remember Why” tiene un comienzo
relajado, a ritmo de tabalet, pero desemboca en otro tema rápido, de estribillo
clásico, doble bombo en el post-estribillo y unos solos neoclásicos a cargo de
Luis y Hernándes que redondean otro buen
tema, cuyo final podría recordar levemente al famoso “Carry On”. “How Long”, el
último tema que se compuso para este disco, pasa por ser el más típico del
álbum, pero no por ello deja de ser destacado ya que hoy en día no es fácil
encontrar buenos temas de hard rock clásico, y éste lo es, con un trabajo
magnífico de nuevo de los dos hachas.
En “Looking Back” la cosa empieza a
tomar otro cariz, escuchando las primeras acústicas y su posterior desarrollo,
pasa a ser un medio tiempo, casi balada,
que sin ser nada del otro mundo está bien situado en el orden de reproducción.
André Matos y Alberto Rionda, líder de Avalanch, coincidieron en una anterior
gira de sus respectivas bandas, y tras la colaboración de André en el disco
“Los poetas han muerto”, parece que han mantenido la amistad ya que ahora Alberto
le devuelve la invitación aportando su ayuda en la composición del siguiente
tema, “Face the end”. Un tema muy elaborado, progresivo, de ritmo denso, piano
de fondo y un Matos excepcional en una vertiente más moderada, melancólica
inclusive. Pese a ello, no llega a romper del todo, yo al menos esperaba más de
esta colaboración, conociendo la gran labor como compositor de Alberto. “Time
To Be Free” recupera el ánimo siendo otro tema con muchas variantes, mezcla de música
tribal, ritmos nativos, hard rock y heavy metal, ayudado por el mejor estribillo
del disco a ritmo de doble bombo, siendo además del título del disco, la mejor
canción incluída en él.
Tras el oscuro “Rescue” nos llega “A
New Moonlight”, el pequeño homenaje que realiza Matos a la obra de Queen,
tratándose de una mini-opera rock con un coro de voces perfecto para la ocasión
y diversos cambios a lo largo de los casi nueve minutos de tema. Quizá se
excede de pretencioso, pero consigue redondear una buena canción con una
original propuesta. Cierra el disco “Endeavour”,
un tema de power metal optimista y alegre, y un gran trabajo a las teclas sobretodo en el
final de la canción, con esas notas épicas que
cierran el álbum.
Disco muy interesante el ofrecido por
Andre Matos en su primera entrega en solitario, más directo, rápido y clásico
de lo que venía experimentando en sus tiempos de Shaman, con una base muy
centrada en guitarras bajo y batería y no tanto en teclados como en sus inicios
con Angra, con alguno de los temas más rápidos de su carrera pero no por ello
sin experimentar en otros terrenos, y
con muy buen gusto además, tanto a la hora de componer como de rodearse de
grandes músicos. No es “Angel´s cry” ni
“Holy Land”, ni tan siquiera llega al nivel del “Ritual” de Shaman, pero
sinceramente puede competir de tú a tú con los Angra actuales y eso es ya muy
positivo para el cantante.
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