lunes, 26 de marzo de 2012

GAMMA RAY - Land of the free II (2008)



Llevan ya varios años de capa caída, con algunos temas buenos pero alejados de sus tiempos de mayor éxito.
Con escepticismo y a su vez expectación recibíamos el nuevo disco de Hansen y sus pupilos, ya que si bien no habían estado especialmente lúcidos en sus últimos lanzamientos, el hecho de titularlo como la segunda parte de su obra maestra “Land of the free” hacía que tuviera un gancho si cabe mayor. Un disco con ese aura no podía ir acompañado de una mala carátula, y así sucede: la portada es sensacional, posiblemente la mejor que ha sacado Gamma Ray desde aquél disco sobre el país de la libertad.

El primer tema, “Into the storm” no invita al optimismo, pese a su dosis de fuerza parece que sigue en los patrones repetitivos que representan los últimos discos de la banda, pero por suerte pasa rápido, y en “From the ashes”, el siguiente tema, consiguen alcanzar cotas que no demostraban desde “Powerplant”, su último gran disco. Un tema muy Maiden en los bridges, tanto en las guitarras dobladas como en las líneas de bajo, y con un estribillo colosal. No se puede decir lo mismo del siguiente, “To Mother Earth”, donde se luce en el doble bombo Dan Zimmermann, pero que pasa por un tema excesivamente típico dentro del estilo que practican. Este  es uno de los puntos que creo Kai debe replantearse, y es intentar alejarse de los temas a piñón fijo y probar otras cosas, ya que es muy difícil sacar algo novedoso a estas alturas en este plan.
Mucho mejor es “Rain”, sin duda alguna. Interesante riff el que lleva la canción, con un gran trabajo por parte de los dos guitarras tanto en las rítmicas como en los solos, podría recordar a los  Helloween actuales, saliéndose del patrón típico comentado anteriormente, y que vuelve a demostrarse por ejemplo en “Leaving hell”, un pastelón manido y cansino, que abusa en exceso de todos los tópicos asociados al power metal alemán.

“Empress” pasa por ser el mejor tema del disco. Canción densa, con la batería alejada (¡¡por fín!!) del doble bombo, y un estribillo sospechosamente similar al  final del “Princess of the dawn” de Accept, tanto en ritmo como en el tratamiento de las voces. Si obviamos la originalidad, un tema  magnífico sin duda, que viene firmado por el batería firmado Dan Zimmermann.

“When the World” es otro tema rápido, a piñón fijo, con unos coros a lo Rhapsody a mitad tema que al menos sirven para salir de la monotonía. “Opportunity” es otro tema intenso, de ritmo candente y épico, que podría recordar salvando (y mucho) las distancias a algunas partes de “Rebellion in dreamland”. No ignorar el guiño a “The clairvoyant” de Iron Maiden en la parte central, y es que como ya todos sabemos, Kai es muy amigo de introducir detalles que puedan recordar a diversas bandas (riffs, punteos, líneas de bajo…), siendo éste un caso más. Aunque para similitudes, la de “Real World” con la archiconocida “I Want out”, de estribillos distintos pero estructura sospechosamente parecida, finalizando con otro “homenaje”, esta vez a Kiss y su Welcome to the show con el que finalizaban en  “Psycho circus”. Al menos no se puede decir que no haya variedad en los grupos escogidos.
“Hear me calling” e “Insurrection” son  dos temas totalmente prescindibles. El último es un tema largo, intentando conseguir lo que significó “Armageddon” por ejemplo, pero quedándose a mucho de ese gran tema.

Un disco contradictorio, que mejora de sobra a “Majesty” y “New World order”, pero que sigue sin redondear una obra completa al nivel de lo que nos tenían acostumbrados. Por un lado tenemos un fenomenal trabajo de todos los músicos y el acierto en introducir algunas variantes de ritmos más pausados, pero por otro los temas a piñón fijo son los que Kai debería replantearse para buscar nuevos horizontes, como los que llevan siguiendo y consiguiendo con éxito sus compatriotas y otrora compañeros, Helloween. A día de hoy, las calabazas vuelven a estar por encima de los rayos gamma…

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